El niño que fuiste aún espera: trauma relacional
¿Alguna vez has sentido que reaccionas de forma desproporcionada en una discusión? Descubre cómo el trauma relacional infantil moldea tus vínculos actuales.
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Cerca del 30% de los pacientes con depresión no responden a tratamientos tradicionales. Descubre cómo la estimulación magnética transcraneal (TMS) ofrece nueva esperanza con evidencia científica sólida y sin efectos secundarios sistémicos.
¿Alguna vez has sentido que reaccionas de forma desproporcionada en una discusión? Descubre cómo el trauma relacional infantil moldea tus vínculos actuales.
Descubre las cinco heridas fundamentales del alma según Lise Bourbeau: rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia y cómo moldean nuestras relaciones.
Una montaña rusa emocional: momentos de ternura se entrelazan con episodios de impulsividad. Descubre cómo transformar el desafío en oportunidad de crecimiento familiar.
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La depresión resistente al tratamiento afecta aproximadamente al 30% de los pacientes que buscan ayuda profesional. Para , los antidepresivos tradicionales y la psicoterapia no logran proporcionar el alivio necesario, dejándolos en una búsqueda constante de alternativas efectivas.
La TMS es una técnica de neuromodulación no invasiva que utiliza campos magnéticos focalizados para estimular áreas específicas del cerebro. A diferencia de los tratamientos farmacológicos, la TMS no produce efectos secundarios sistémicos, lo que la convierte en una opción atractiva para pacientes que no toleran bien los medicamentos.
Múltiples estudios clínicos han demostrado la efectividad de la TMS:
Durante las sesiones de TMS, se coloca una bobina magnética sobre áreas específicas del cuero cabelludo. Esta bobina genera pulsos magnéticos que penetran aproximadamente 2-3 centímetros en el tejido cerebral, estimulando las neuronas en regiones como la corteza prefrontal dorsolateral, crucial en la regulación del estado de ánimo.
En nuestro centro, implementamos protocolos personalizados que incluyen:
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En SUSEDE, creemos que cada persona merece acceso a las tecnologías más avanzadas para su bienestar mental. La TMS representa una esperanza real y tangible para quienes han luchado con la depresión resistente.
"¿Por qué reacciono así?" - una pregunta que muchos nos hacemos cuando nuestra respuesta emocional parece desproporcionada a la situación actual. La respuesta a menudo se encuentra en las experiencias relacionales de nuestra infancia, que moldean profundamente nuestra manera de conectar con otros.
El trauma relacional se refiere a las heridas emocionales que surgen de relaciones disfuncionales, especialmente durante los primeros años de vida. A diferencia del trauma por eventos específicos, este tipo de trauma se desarrolla a través de patrones repetitivos de interacción que afectan nuestra capacidad de formar vínculos seguros.
Cuando experimentamos trauma relacional temprano, nuestro sistema nervioso se desarrolla en estado de supervivencia. El cerebro aprende que las relaciones son peligrosas, activando constantemente mecanismos de defensa que en la adultez pueden sabotear nuestras conexiones más importantes.
Reflexiona sobre estas preguntas:
La sanación del trauma relacional es posible gracias a la neuroplasticidad. Nuestro cerebro puede aprender nuevos patrones relacionales a través de:
El niño herido que llevas dentro merece compasión y sanación. Con el apoyo adecuado, es posible reescribir la historia de tus relaciones y crear vínculos auténticos y nutritivos.
Según la reconocida terapeuta Lise Bourbeau, existen cinco heridas fundamentales del alma que se originan en la infancia y continúan influyendo en nuestras relaciones y decisiones durante toda la vida. Comprender estas heridas es el primer paso hacia la sanación y la autenticidad.
Máscara: El Huidizo - evita situaciones y relaciones
Se origina cuando el niño siente que no es deseado. Desarrolla una personalidad evasiva, prefiere la soledad y tiene dificultad para comprometerse en relaciones.
Máscara: El Dependiente - busca apoyo constante
Surge cuando el niño vive situaciones de abandono físico o emocional. Se convierte en alguien que busca atención constante y teme la soledad.
Máscara: El Masoquista - se sacrifica por otros
Aparece cuando el niño es humillado o avergonzado. Desarrolla tendencia a sacrificarse, busca agradar y tiene dificultad para poner límites.
Máscara: El Controlador - necesita tener el control
Se origina cuando el niño se siente traicionado por el progenitor del sexo opuesto. Desarrolla necesidad de control y dificultad para confiar.
Máscara: El Rígido - busca la perfección
Aparece cuando el niño vive en un ambiente frío, crítico o perfeccionista. Se convierte en alguien rígido, perfeccionista y autocrítico.
Todos llevamos una combinación de estas heridas, pero generalmente una o dos son predominantes. Observa:
Sanar nuestras heridas no significa eliminarlas, sino desarrollar una relación consciente con ellas. Cuando dejamos de vivir desde nuestras máscaras, podemos experimentar relaciones más auténticas y satisfactorias.
En SUSEDE, estamos a la vanguardia de las tecnologías de tratamiento en salud mental. La Terapia Electromagnética Transcraneal representa una revolución en el abordaje de trastornos neuropsiquiátricos, ofreciendo esperanza donde otros tratamientos han fallado.
Esta técnica avanzada utiliza campos electromagnéticos precisamente calibrados para modular la actividad neuronal en regiones específicas del cerebro. A diferencia de los tratamientos farmacológicos, actúa directamente sobre los circuitos neuronales disfuncionales sin afectar el resto del organismo.
Neuroimagen funcional y evaluación neuropsicológica completa
Diseño de protocolo específico basado en neuroanatomía individual
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En SUSEDE, creemos que la tecnología debe estar al servicio del bienestar humano. Nuestro equipo de especialistas está capacitado en las técnicas más avanzadas para ofrecerte la mejor atención posible.
Vivir con un hijo o hija con Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) puede ser, en palabras de muchas familias, una montaña rusa emocional: momentos de ternura se entrelazan con episodios de impulsividad, conflictos y agotamiento. En Centro Integral Susede, entendemos profundamente este desafío, y sabemos que el camino hacia la comprensión y el equilibrio comienza con información clara, herramientas prácticas y acompañamiento profesional.
Apoyándonos en los fundamentos del reconocido Dr. Russell A. Barkley, especialista mundial en TDAH, queremos compartir contigo una mirada integral que promueva tanto el bienestar del niño como el de su entorno. Porque el TDAH no es un reflejo de "mala conducta", sino una condición neuropsicológica que puede abordarse con esperanza y resultados reales.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por dificultades en el control de la atención, la impulsividad y, en algunos casos, la hiperactividad. Afecta áreas clave del cerebro relacionadas con la autorregulación emocional, la memoria de trabajo y la planificación. Estas alteraciones no son una elección del niño: son manifestaciones biológicas con una fuerte carga hereditaria.
Según Barkley, el TDAH debe entenderse como una disfunción en el sistema de inhibición conductual, lo que significa que el niño tiene problemas para detener sus impulsos, pensar antes de actuar y mantener el foco a pesar de las distracciones. No es falta de inteligencia. No es rebeldía.
Uno de los efectos más dolorosos del TDAH no tratado es el deterioro de los vínculos familiares. Padres y madres se sienten frustrados, desbordados o incluso culpables por "no poder con su hijo". El niño, por su parte, recibe constantemente mensajes de "no sirves", "siempre haces lo mismo" o "¿por qué no puedes portarte bien?", lo que erosiona su autoestima.
En este punto, Barkley es enfático: la intervención más poderosa es un entorno familiar informado, amoroso y estructurado, capaz de ofrecer límites claros sin caer en la violencia o la permisividad.
A lo largo de sus investigaciones, Barkley ha demostrado que las estrategias conductuales tienen mayor efectividad que las charlas largas o los castigos severos. Algunas claves que retomamos en Susede incluyen:
Una de las recomendaciones clave de Barkley es crear una alianza sólida entre la familia, la escuela y el equipo clínico. Los docentes deben comprender que un niño con TDAH necesita más apoyos, no más regaños. La repetición, el lenguaje visual, las pausas activas y las adecuaciones curriculares pueden marcar una diferencia enorme en su aprendizaje y autoestima.
Por otro lado, la evaluación y seguimiento clínico permiten descartar otros diagnósticos, atender comorbilidades (como ansiedad o dislexia) y adaptar el tratamiento a cada caso. En Susede, combinamos neuropsicodiagnóstico, psicoeducación familiar, terapia cognitivo-conductual y, cuando se requiere, intervenciones como la Terapia Electromagnética Transcraneal (TMS), que ha demostrado resultados prometedores en ciertos perfiles clínicos con TDAH resistente.
Una de las reflexiones más poderosas que Barkley plantea es que, para los niños con TDAH, lograr cosas simples como sentarse a hacer la tarea o esperar su turno en un juego puede ser un gran esfuerzo. Por eso, el reconocimiento sincero, el afecto visible y la validación constante son esenciales para su desarrollo emocional.
El TDAH no define a tu hijo. No define tu capacidad como madre, padre o cuidador. Es un reto, sí, pero también una oportunidad para cultivar la empatía, la paciencia y una nueva forma de vínculo.
En Centro Integral Susede te acompañamos a entender lo que pasa, a tomar decisiones informadas y a sentirte acompañado en el proceso. Porque nadie debería enfrentar este camino en soledad, y porque el cambio comienza con la conciencia.
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Podemos ayudarte a construir ese camino, paso a paso.
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El equipo Susede
Durante años, el TDAH fue considerado una condición propia de la infancia y predominantemente masculina. Sin embargo, miles de mujeres adultas viven con TDAH sin saberlo, cargando etiquetas como "distraída", "desorganizada", "exagerada" o "emocionalmente inestable".
En Centro Integral Susede, comprendemos la urgencia de reconocer estas historias. Sabemos que muchas mujeres se han adaptado a sobrevivir en medio del caos mental, el cansancio emocional y la autoexigencia silenciosa.
Los criterios clásicos del TDAH fueron construidos principalmente desde la observación de niños varones hiperactivos. Esto dejó fuera a muchas niñas y mujeres que presentaban síntomas más internalizados.
Muchas mujeres con TDAH fueron niñas obedientes, creativas y soñadoras... pero con bajo rendimiento, fluctuaciones académicas o una profunda sensación de "ser diferentes".
El diagnóstico adecuado puede ser una experiencia liberadora. Ponerle nombre al caos permite que muchas mujeres por primera vez entiendan que no están rotas, sino que tienen un sistema neurológico diferente.
Si te has sentido abrumada por tu mente, si vives agotada por intentar cumplir expectativas imposibles, es momento de buscar respuestas.
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Centro Integral Susede: Trabajando para sanar.
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El equipo Susede
El abuso sexual infantil no solo quebranta la integridad de un niño o niña; altera su desarrollo psíquico, sus vínculos afectivos y su sentido de identidad. Con demasiada frecuencia, estas heridas permanecen silenciadas por años, ocultas tras máscaras de fortaleza o comportamientos disruptivos que son malinterpretados. En Centro Integral Susede creemos que hablar del trauma no es revivirlo, sino comenzar a resignificarlo. Nuestro compromiso es acompañar este proceso con un enfoque integral, empático y basado en evidencia.
El abuso sexual infantil no es solo un evento del pasado: es una experiencia que deja marcas en la estructura cerebral, en las emociones y en las relaciones. Estudios neurobiológicos muestran alteraciones en el funcionamiento de la amígdala, el hipocampo y el sistema de respuesta al estrés (Cohen et al., 2017; Reyes & Elhai, 2004). Esto explica por qué muchas personas viven con hipervigilancia, disociación, ansiedad crónica o dificultad para confiar.
Los síntomas derivados del abuso pueden ser múltiples: depresión, trastornos de ansiedad, adicciones, autolesiones, relaciones conflictivas, entre otros (Briere & Scott, 2014). No es raro que las víctimas de abuso infantil también vivan experiencias de revictimización o desarrollen patrones de codependencia y aislamiento emocional.
Uno de los mayores obstáculos es la dificultad para hablar del abuso. La literatura evidencia que muchas víctimas no revelan lo ocurrido sino hasta la adultez, y a veces nunca lo hacen, especialmente los varones (Alaggia et al., 2019). El miedo al rechazo, la culpa impuesta y la falta de entornos seguros impiden la reparación. En Susede creemos que romper el silencio es, en sí mismo, un acto terapéutico.
Afortunadamente, hoy sabemos que sanar es posible. La Terapia Cognitivo-Conductual centrada en el trauma (TF-CBT) ha demostrado ser altamente efectiva, particularmente cuando se incorpora el trabajo con la narrativa traumática (Deblinger et al., 2016). Este enfoque permite resignificar el evento, disminuyendo síntomas como el estrés postraumático, la ansiedad y la disociación.
Asimismo, terapias como Seeking Safety permiten trabajar simultáneamente el trauma y los síntomas de adicción, algo especialmente útil cuando hay uso de sustancias como forma de autorregulación emocional (Najavits, 2015).
Uno de los métodos más transformadores es el abordaje narrativo, que permite a la persona reconstruir su relato personal desde una mirada compasiva y validante (Easton, 2014). Esta resignificación es clave para recuperar el sentido de agencia y desactivar los patrones de autoacusación y vergüenza.
La sanación no ocurre en soledad. La presencia de un entorno seguro, validante y sin juicios es fundamental. El acompañamiento grupal, como los Grupos Asistidos Por Profesionales (G.A.P.P.) de Susede, ofrece una red de apoyo que disminuye el aislamiento, normaliza los síntomas y fortalece la esperanza.
Además, hemos aprendido que el trauma puede transmitirse de forma intergeneracional (Lev-Wiesel, 2008). Por ello, trabajar con madres, padres y cuidadores también es parte fundamental de la intervención.
Desde una perspectiva social, es indispensable trabajar en la prevención secundaria, es decir, en la detección e intervención temprana. Los programas escolares de educación para la prevención del abuso sexual infantil han mostrado resultados positivos en la identificación de señales de alerta (Walsh et al., 2018).
En Susede también ofrecemos espacios de orientación para familiares y profesionales, con el objetivo de capacitar en el acompañamiento respetuoso y efectivo a personas sobrevivientes de abuso.
Sanar una herida tan profunda no significa olvidar, sino aprender a vivir sin que el pasado determine el presente. En Centro Integral Susede creemos que cada historia merece ser contada, resignificada y acompañada con respeto. No hay tiempo "correcto" para hablar, pero sí hay espacios seguros para hacerlo.
No estás solo. Si tú o alguien que amas ha vivido abuso sexual infantil, podemos acompañarte. Con experiencia, profesionalismo y humanidad, hemos caminado al lado de muchas personas que hoy viven con mayor paz, autenticidad y dignidad.
Si tú o alguien cercano está enfrentando una conducta que se ha vuelto incontrolable, no estás solo. En Centro Integral Susede contamos con un equipo profesional y humano dispuesto a ayudarte desde el primer paso.
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En Susede, trabajamos para sanar.
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El equipo Susede
Criar a un hijo no solo es una de las experiencias más desafiantes de la vida, también es una de las más reveladoras. En Centro Integral Susede lo vemos a diario: madres y padres que acuden buscando respuestas para sus hijos, y que en el proceso descubren que también ellos necesitan sanar. Basado en el enfoque profundo de "Tu hijo, tu espejo" de Martha Alicia Chávez, este artículo explora cómo nuestros hijos pueden reflejar nuestras heridas no resueltas, invitándonos no solo a educar con conciencia, sino también a crecer y transformarnos con ellos.
La premisa principal de "Tu hijo, tu espejo" es clara: lo que nos irrita, duele o frustra de nuestros hijos muchas veces tiene más que ver con nosotros que con ellos. Cuando un niño nos "saca de quicio", generalmente está tocando una parte nuestra herida, olvidada o reprimida. No se trata de culpas, sino de oportunidades. Cada conducta desafiante es una puerta abierta para mirarnos, comprendernos y sanarnos.
Si fuimos niños no escuchados, es posible que nos irrite profundamente que nuestros hijos alcen la voz. Si fuimos exigidos en exceso, podemos repetir la exigencia creyendo que así los preparamos para la vida. Sin embargo, al hacerlo sin conciencia, no solo perpetuamos ciclos de dolor, también generamos un ambiente de tensión y desconexión emocional.
En Susede hemos acompañado a cientos de familias que, al tomar conciencia de estos patrones, logran transformar su estilo de crianza. El cambio no ocurre solo en los niños, sino principalmente en los adultos que se atreven a mirar con honestidad su historia.
La autora insiste en un concepto esencial: ser un buen padre o madre no significa no equivocarse, sino estar dispuesto a ver y corregir. Cuando asumimos con humildad que estamos en construcción constante, dejamos de querer ser infalibles y empezamos a ser humanos: disponibles emocionalmente, abiertos al aprendizaje, y dispuestos a pedir perdón cuando es necesario.
Desde el enfoque terapéutico de Susede, la parentalidad se trabaja como un proceso evolutivo. No es un rol rígido, sino un camino donde lo emocional y lo vincular se entrelazan. Las herramientas que ofrecemos —desde grupos de apoyo hasta terapia individual o familiar— buscan fortalecer precisamente esa conciencia parental: para ver al hijo como sujeto, no como extensión.
Criar con amor y libertad requiere sanar el control, la culpa, el miedo. Implica renunciar a expectativas impuestas, tanto sociales como generacionales, y permitir que cada hijo florezca según su identidad única. Para ello, muchas veces hay que revisar los mensajes que recibimos en nuestra infancia: "no llores", "no molestes", "tienes que ser fuerte".
Al cuestionar esas creencias, nos abrimos a una nueva forma de criar: basada en el respeto, la validación emocional y el vínculo profundo. Este proceso no es sencillo, pero sí liberador. Y es ahí donde, como señala Chávez, nuestros hijos nos muestran el camino más poderoso hacia la plenitud emocional.
Pregúntate honestamente:
Criar a un hijo es una oportunidad de reescribir nuestra propia historia. Es una invitación constante a crecer, a sanar, a soltar patrones que ya no sirven. No se trata de tener todas las respuestas, sino de tener el valor de buscar ayuda, de mirar hacia adentro y de acompañar a nuestros hijos desde un lugar más libre y amoroso.
En Centro Integral Susede te acompañamos en ese proceso. Si sentiste que este artículo resonó contigo, agenda una valoración inicial con nosotros. A través de nuestras terapias, grupos G.A.P.P. y talleres de crianza, podemos ayudarte a descubrir todo el potencial transformador que habita en la relación con tus hijos.
Porque sanar como padres, también es un regalo para nuestros hijos.
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El equipo Susede
La codependencia se manifiesta como una entrega constante a los demás, muchas veces a costa del propio bienestar. Es una forma de vida aprendida que puede transformarse hacia la autonomía emocional y relaciones más saludables.
La codependencia es un patrón de comportamiento donde una persona define su valor y bienestar a través de cuidar, rescatar o controlar a otros. Aunque puede parecer altruismo, en realidad es una forma disfuncional de relacionarse que genera sufrimiento tanto en quien la vive como en quienes están a su alrededor.
Sanar la codependencia implica un proceso gradual de autoconocimiento y transformación:
En SUSEDE te acompañamos en este proceso de transformación hacia relaciones más auténticas y satisfactorias.
En la búsqueda de una mejor salud mental, muchas personas esperan un cambio grande e inmediato. Sin embargo, los procesos verdaderamente sanadores son progresivos. Descubre cómo adoptar hábitos saludables puede transformar tu bienestar emocional.
Los hábitos positivos actúan como ladrillos que construyen una vida más plena. Cada pequeña acción repetida de manera consistente genera cambios neurológicos que fortalecen nuestro bienestar emocional.
La transformación real comienza con la consistencia en pequeñas acciones diarias.
La marihuana en la adolescencia puede tener efectos significativos en el desarrollo neuropsicológico. Aunque su uso puede parecer una elección personal, es importante entender cómo puede afectar la salud mental y el bienestar emocional.
La marihuana es una droga psicoactiva que puede alterar la percepción, el estado de ánimo y la cognición. En la adolescencia, el cerebro aún está en desarrollo, lo que hace que los efectos puedan ser más intensos y duraderos.
En Susede, entendemos que el uso de marihuana en la adolescencia puede ser un desafío complejo. Nuestro enfoque es integral, abordando tanto los aspectos biológicos como los emocionales y sociales.
Algunas estrategias que podemos ofrecer incluyen:
En SUSEDE, creemos que cada adolescente merece apoyo y comprensión. Nuestro equipo está capacitado para ofrecer terapias personalizadas que aborden las necesidades específicas de cada caso.
"Antes de la terapia, sentía que no podía controlar mis emociones ni mis pensamientos. Ahora, puedo ver el camino hacia la sanación y el bienestar." - María, paciente de Susede
María, una paciente de Susede, compartió su experiencia con la terapia electromagnética transcraneal. Ella describió cómo el tratamiento le permitió encontrar equilibrio emocional y mejorar su calidad de vida.
La terapia no solo le brindó alivio de sus síntomas, sino que también le permitió desarrollar herramientas para manejar su bienestar emocional de manera más efectiva.
María notó una mejora en sus relaciones familiares y una mayor comprensión de sus necesidades emocionales.
"La terapia me ayudó a entender que no estaba sola. Pude ver que mis emociones eran parte de un proceso de sanación, y que con apoyo adecuado, todo es posible."
En SUSEDE, creemos en la importancia de los testimonios para inspirar y guiar a otros pacientes. Cada historia es un testimonio de la transformación posible.
El alcoholismo materno puede tener efectos profundos en la salud mental de la madre y sus hijos. Es importante entender cómo puede afectar a la familia y qué estrategias pueden ayudar a abordar este desafío.
El alcoholismo materno se refiere al uso excesivo y dependiente de alcohol en la madre, lo que puede afectar a sus hijos en múltiples aspectos, incluyendo el desarrollo emocional y cognitivo.
En Susede, entendemos que el alcoholismo materno es un desafío complejo. Nuestro enfoque es integral, abordando tanto los aspectos biológicos como los emocionales y sociales.
Algunas estrategias que podemos ofrecer incluyen:
En SUSEDE, creemos en la importancia de los testimonios para inspirar y guiar a otros pacientes. Cada historia es un testimonio de la transformación posible.
La crianza positiva es un enfoque que busca el bienestar emocional del niño y la familia. En Susede, entendemos la importancia de esta forma de crianza y ofrecemos apoyo para su implementación.
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Durante mucho tiempo, las adicciones se asociaron exclusivamente con sustancias como el alcohol, la cocaína o la heroína. Sin embargo, en las últimas décadas, una realidad más silenciosa ha comenzado a emerger: las adicciones sin droga o adicciones comportamentales. Conductas como el juego, el sexo, la comida, las compras compulsivas, el trabajo excesivo o el uso desmedido de internet pueden generar un nivel de dependencia emocional tan intenso y destructivo como cualquier sustancia química.
En Centro Integral Susede, sabemos que detrás de toda conducta adictiva hay una historia de dolor no resuelto, un intento desesperado por llenar vacíos y calmar ansiedades. Por eso, abordamos cada caso no desde el juicio, sino desde la comprensión profunda y el acompañamiento terapéutico.
No es la conducta en sí lo que la vuelve peligrosa, sino la relación que se establece con ella. Comer, trabajar, tener relaciones sexuales o jugar pueden ser actividades normales y hasta necesarias. El problema surge cuando se convierten en una vía única de regulación emocional, desplazando otras fuentes de bienestar y provocando pérdida de control, deterioro personal y afectación en la vida cotidiana.
Según Enrique Echeburúa, una conducta se vuelve adictiva cuando:
Estas adicciones no aparecen aún de forma clara en manuales como el DSM-5 o la CIE-11, pero su impacto clínico y social es cada vez más evidente.
El juego patológico genera una fuerte activación fisiológica y una falsa ilusión de control. Al inicio parece inofensivo, pero puede llevar a mentiras, endeudamiento, aislamiento y pérdida de relaciones significativas.
Más frecuente en varones, esta adicción convierte el deseo sexual en una necesidad compulsiva que se usa como analgésico emocional. Las relaciones se tornan impersonales, con consecuencias físicas, psicológicas y sociales graves.
La comida se vuelve consuelo, compañía o anestesia emocional. Los atracones traen un alivio fugaz, seguido de culpa, malestar y vergüenza. El ciclo se repite, muchas veces oculto por años.
Consumir deja de ser una decisión racional y se transforma en impulso. Lo adquirido no es lo importante: lo que gratifica es el acto de comprar, muchas veces para tapar la soledad o el aburrimiento.
En un mundo que premia la productividad, el exceso de trabajo es socialmente aceptado. Pero cuando se convierte en el único modo de validarse, la persona queda atrapada en una carrera sin fin que la aleja de sí misma y de los suyos.
Desde las redes sociales hasta los videojuegos o el consumo de contenido sexual, la conexión virtual puede derivar en desconexión emocional. Se pierde la noción del tiempo y el contacto con el entorno, lo que afecta el sueño, el rendimiento y los vínculos.
Una de las principales enseñanzas del texto es que la adicción no es un capricho ni un defecto moral: es una enfermedad emocional que merece abordaje clínico. Quien la padece suele sentir vergüenza, miedo, culpa y aislamiento, lo que dificulta aún más la búsqueda de ayuda.
A menudo, los familiares son quienes primero notan que "algo no está bien". Lo importante es no minimizar ni encubrir estas conductas, sino abrir espacios de diálogo, contención y acceso a una red de apoyo profesional.
Las adicciones comportamentales son un espejo de nuestra época: una sociedad que estimula el consumo, la inmediatez y la hiperconexión, pero que pocas veces enseña a gestionar el vacío, la frustración o la soledad. En Susede, entendemos que la verdadera libertad no es hacer lo que se quiere, sino ser capaces de elegir lo que realmente nutre.
Cada persona merece una oportunidad de reconstruirse sin culpas y con dignidad. Porque toda adicción encierra un dolor que pide ser escuchado, pero también una capacidad de transformación que espera ser activada.
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El alcoholismo en adultos puede tener un impacto profundo en la familia. Es importante entender cómo puede afectar a los hijos y qué estrategias pueden ayudar a abordar este desafío.
El alcoholismo en adultos se refiere al uso excesivo y dependiente de alcohol, lo que puede afectar a la familia en múltiples aspectos, incluyendo el desarrollo emocional y cognitivo de los hijos.
En Susede, entendemos que el alcoholismo en adultos es un desafío complejo. Nuestro enfoque es integral, abordando tanto los aspectos biológicos como los emocionales y sociales.
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Muchas personas viven con síntomas persistentes: dolores que van y vienen, malestares crónicos, enfermedades recurrentes o emociones difíciles de sostener. Y aunque acuden a médicos o especialistas, a veces no encuentran una causa física aparente. ¿Y si el cuerpo estuviera expresando algo que no hemos sabido decir con palabras?
En Centro Integral Susede entendemos que el cuerpo y la mente forman una unidad profunda. Lo que no se nombra se manifiesta, y el dolor emocional no procesado suele encontrar salidas a través del cuerpo. Pero también sabemos que sanar es posible, y que cuando atendemos lo que duele en el alma, algo empieza a cambiar en todo nuestro ser.
Desde la perspectiva clínica integral que aplicamos en Susede, muchas condiciones físicas se agravan o perpetúan por factores emocionales no resueltos. Por ejemplo:
Esto no significa que todo sea "mental", sino que nuestras emociones, creencias y vivencias tienen un impacto directo en cómo funciona el cuerpo. El organismo es sabio y muchas veces nos avisa cuando algo no está bien en nuestro interior.
Una parte fundamental del proceso de enfermedad —y también de sanación— tiene que ver con las creencias profundas que sostenemos sobre nosotros mismos, muchas veces desde la infancia. Algunas de las más comunes son:
Estas ideas suelen estar tan arraigadas que ni siquiera las cuestionamos, pero guían nuestras emociones, decisiones y vínculos. Y con el tiempo, se convierten en una fuente silenciosa de desgaste.
En Susede trabajamos para ayudar a cada persona a reconocer esas creencias, entender su origen, y reemplazarlas por pensamientos más amorosos, realistas y funcionales.
Comenzar a escuchar al cuerpo desde un lugar de curiosidad —y no de castigo— puede ser el primer paso para sanar. Algunas preguntas que recomendamos plantearse son:
No se trata de encontrar culpables, sino de observar con compasión. Todo síntoma tiene un mensaje, y abrirnos a escucharlo puede marcar el inicio de una transformación.
En nuestro enfoque terapéutico, abordamos la salud de forma multidimensional. Algunas de las herramientas que aplicamos y recomendamos son:
Aceptar que lo vivido ha tenido un impacto, sin minimizar ni juzgar. Cada experiencia cuenta y merece ser reconocida.
Contar con un terapeuta o equipo clínico que guíe el proceso de integración emocional es fundamental. No estamos hechos para sanar solos.
Aprender a identificar, nombrar y expresar lo que sentimos con seguridad y autenticidad. Las emociones no expresadas no desaparecen, se somatizan.
Cuidar el cuerpo como acto de amor propio: caminar, descansar, alimentarse bien, dormir con regularidad y respirar profundamente.
Reemplazar mensajes antiguos por otros más amorosos y reparadores, como: "Soy suficiente tal como soy", "Puedo permitirme sentir", "Merezco sanar y vivir en paz".
En muchos casos, compartir la experiencia con otros que transitan procesos similares permite validarse, romper el aislamiento y construir nuevos significados.
En Centro Integral Susede ofrecemos abordajes que integran cuerpo, mente y emociones. No vemos a las personas como diagnósticos ni como "casos clínicos aislados", sino como historias completas en proceso de sanación. Por eso contamos con:
Sanar no es solo dejar de sufrir. Es aprender a vivir de forma más consciente, con mayor libertad, coherencia y conexión.
Escuchar al cuerpo es una forma de escucharnos a nosotros mismos. Cuando aprendemos a leer sus mensajes y acompañar nuestras emociones, podemos transformar el dolor en aprendizaje y la enfermedad en una oportunidad para crecer.
No hay recetas mágicas ni caminos lineales, pero sí hay posibilidades reales de sanar, sobre todo cuando dejamos de callar lo que duele y comenzamos a vivir lo que necesitamos.
Si hoy algo en tu cuerpo o en tu alma te dice que ya no puedes seguir igual, tal vez sea tiempo de comenzar. En Susede estamos listos para caminar contigo.
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En un mundo que aplaude la productividad, la alegría y la fortaleza constante, hablar de tristeza profunda, apatía o desesperanza sigue siendo incómodo. La depresión no siempre tiene rostro, y muchas veces se oculta detrás de una sonrisa.
En un mundo que aplaude la productividad, la alegría y la fortaleza constante, hablar de tristeza profunda, apatía o desesperanza sigue siendo incómodo. La depresión no siempre tiene rostro, y muchas veces se oculta detrás de una sonrisa, de rutinas cumplidas al pie de la letra o de un "estoy bien" automático.
En Centro Integral Susede sabemos que la depresión no es debilidad ni flojera. Es un trastorno que afecta al cuerpo, la mente, las emociones y las relaciones. Un sufrimiento silencioso que, cuando no se atiende, puede volverse incapacitante o incluso mortal. Pero también es una condición tratable, con herramientas científicas, acompañamiento profesional y un enfoque humano que permita volver a sentir esperanza.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una profunda tristeza, pérdida de interés o placer en actividades antes disfrutadas, fatiga constante, alteraciones del sueño o apetito, dificultad para concentrarse y pensamientos negativos persistentes. Afecta a personas de todas las edades, géneros y condiciones sociales.
Contrario a lo que se cree, no basta con "echarle ganas". La depresión es multifactorial: influye la biología, la genética, la historia de vida, las experiencias traumáticas, el contexto social y los patrones de pensamiento. Es una enfermedad seria que requiere atención profesional.
Episodios de tristeza intensa que duran semanas o meses y que interfieren con la vida cotidiana.
Forma crónica de depresión con síntomas más leves pero constantes.
Incluye síntomas como aumento del apetito, hipersomnia o sensibilidad al rechazo.
Ligado a los cambios de estación, sobre todo en otoño e invierno.
Ocurre después del parto y puede afectar gravemente el vínculo madre-hijo.
Además, es común que la depresión se combine con otros trastornos como ansiedad, abuso de sustancias o trastornos de la personalidad.
Aunque cada caso es único, existen signos comunes que no deben pasar desapercibidos:
En niños y adolescentes puede presentarse como bajo rendimiento escolar, agresividad o quejas físicas constantes. En adultos mayores, puede confundirse con demencia o "tristeza por la edad".
La depresión no tiene una sola causa. Los factores más comunes incluyen:
Cada persona tiene una historia distinta. Por eso en Susede realizamos evaluaciones integrales que permiten comprender a profundidad el origen y sostenimiento de la depresión en cada caso.
Afortunadamente, la depresión tiene tratamiento, y puede mejorar significativamente con un abordaje profesional y multidisciplinario. Algunas de las estrategias más efectivas incluyen:
En Susede, combinamos todas estas herramientas de manera personalizada, con calidez, respeto y seguimiento cercano.
La depresión no solo afecta a quien la padece, también impacta en su entorno: pareja, familia, hijos, trabajo. Muchas veces la persona deprimida se siente una carga, lo cual aumenta la culpa y el aislamiento. En estos casos, el acompañamiento familiar es clave.
Por eso promovemos procesos integrales que incluyan orientación psicoeducativa para familiares, grupos terapéuticos y estrategias de contención emocional. Nadie debe cargar solo con una enfermedad que puede y debe tratarse.
Es importante desterrar mitos y actitudes que solo empeoran la situación:
Estos mensajes generan más dolor, vergüenza y resistencia a buscar ayuda. En lugar de eso, validemos, escuchemos y ofrezcamos apoyo real.
La depresión es un túnel oscuro, pero no es un callejón sin salida. Puede ser el inicio de un proceso profundo de autoconocimiento, reconexión con el cuerpo, resignificación de la historia y reencuentro con la esperanza.
En Centro Integral Susede hemos acompañado a cientos de personas a salir del dolor emocional hacia una vida más consciente, libre y funcional. No prometemos soluciones mágicas, pero sí un camino clínico, ético y compasivo.
Reconocer que se necesita ayuda no es rendirse, es el primer paso hacia la sanación.
Si tú o alguien cercano muestra señales de depresión, no esperes a que sea demasiado tarde. En Susede te ofrecemos:
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📍 Río Mayo 1400, consultorio 405, Cuernavaca, Mor.
Centro Integral Susede: Trabajando para sanar.
A lo largo de la historia, muchas personas con cualidades extraordinarias —creativas, detallistas, lógicas, intensamente apasionadas por ciertos temas— han vivido sintiéndose diferentes, incomprendidas o fuera de lugar. Para muchas de ellas, el nombre de esa diferencia llegó tarde, cuando ya habían recorrido buena parte de su vida con ansiedad, aislamiento o frustración. Ese nombre es Síndrome de Asperger, una forma particular de neurodivergencia incluida actualmente dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA).
En Centro Integral Susede, reconocemos que no se trata solo de un diagnóstico clínico, sino de una manera única de ser, sentir, aprender y relacionarse. Comprender el Autismo grado 1, antes Asperger no significa reducir a la persona a una etiqueta, sino abrir una puerta hacia una vida más amable, funcional y plena para quienes lo viven y para sus familias.
El Síndrome de Asperger es una condición neurobiológica que forma parte del espectro autista, caracterizada por un desarrollo diferente en áreas como la comunicación social, la flexibilidad del pensamiento y la regulación emocional. A diferencia de otras formas de autismo, en el Autismo grado 1 no hay retraso significativo en el desarrollo del lenguaje ni en la inteligencia.
Muchas personas con Autismo grado 1 tienen un cociente intelectual promedio o superior al promedio, y un vocabulario avanzado desde temprana edad. Sin embargo, esto no implica que su vida sea fácil.
Si tú o alguien cercano presenta señales de Autismo, no estás solo. Lo que hoy parece confusión, puede convertirse en claridad.
🧠 Diagnóstico clínico y neuropsicológico con enfoque diferencial
👥 Planes personalizados de intervención (individual, familiar, grupal)
⚡ Terapias científicas como TMS, psicoeducación y acompañamiento psicosocial
🏠 Atención presencial en Cuernavaca, en línea o con hospedaje
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Centro Integral Susede: Trabajando para sanar.
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El equipo Susede
¿Qué es lo que verdaderamente enferma a una persona? ¿Son los traumas individuales, los factores biológicos, o quizás algo más profundo y silencioso que ocurre en las relaciones que nos conforman? En el Centro Integral Susede sabemos que la salud mental no puede comprenderse de forma aislada. Nuestras emociones, creencias, vínculos y dolencias psíquicas se tejen dentro de una red relacional: la familia, las amistades, las parejas, las figuras de apego desde la infancia.
Hoy sabemos que muchos malestares emocionales —ansiedad, depresión, síntomas somáticos, trastornos de personalidad o conductas autodestructivas— no surgen de la nada. Son respuestas adaptativas, a veces extremas, frente a experiencias relacionales que nos dejaron inseguros, desamparados o confundidos. Este artículo busca abrir una reflexión compasiva sobre las bases relacionales del sufrimiento mental, e invitarte a considerar que sanar también es reaprender a vincularnos.
Desde el primer día de vida, la salud psíquica se construye a través de las relaciones. Necesitamos ser mirados, sostenidos, entendidos. Cuando esto ocurre de manera constante y amorosa, el cerebro se desarrolla con seguridad, la identidad se estructura con confianza, y el mundo se percibe como un lugar habitable.
Pero cuando los vínculos tempranos son caóticos, negligentes, sobreprotectores, violentos o emocionalmente ambiguos, la experiencia subjetiva cambia. El niño comienza a adaptarse a lo que falta: aprende a no molestar, a cuidar al adulto, a disociarse, a anestesiar el cuerpo o a bloquear lo que siente. A veces, incluso, aprende a no necesitar nada.
Estas formas de supervivencia emocional pueden volverse luego fuentes de sufrimiento en la adultez. No porque haya algo "dañado" en la persona, sino porque su manera de estar en el mundo fue moldeada por vínculos que no supieron cuidar su salud emocional.
En Susede consideramos que muchos cuadros clínicos pueden entenderse mejor desde esta perspectiva relacional. Por ejemplo:
Esto no significa que la biología no tenga un rol, ni que los diagnósticos carezcan de valor clínico. Significa que el origen y mantenimiento del sufrimiento psíquico muchas veces tiene más que ver con lo que hemos vivido, que con lo que somos.
Así como las relaciones pueden herir, también pueden sanar. El proceso terapéutico en Susede se basa justamente en esta premisa: ofrecer un vínculo clínico reparador, estable, confiable y empático, donde la persona pueda experimentar algo distinto a lo que vivió.
Sanar desde lo relacional implica:
En muchos casos, también trabajamos con la familia o los sistemas relacionales cercanos, pues el cambio duradero requiere coherencia entre el entorno interno y el entorno externo.
No podemos hablar de sufrimiento psíquico sin incluir al cuerpo. El cuerpo recuerda lo que la mente olvida: contracturas, insomnio, dolores crónicos, enfermedades autoinmunes, colon irritable, entre otros síntomas, pueden ser la manera en que el cuerpo habla lo que no ha sido dicho.
En nuestra práctica clínica, incorporamos esta dimensión corporal mediante abordajes integradores que permiten desbloquear emociones, registrar sensaciones y recuperar la conexión con uno mismo.
Quienes llegan a consulta a menudo vienen cargando años de silencio, vergüenza o confusión. Algunos se preguntan si "hay algo malo en ellos" o si están "condenados a repetir" su historia. Desde Susede decimos con firmeza: no hay destino escrito cuando hay conciencia, contención y herramientas adecuadas.
La esperanza no es ingenuidad, es el resultado de entender que lo vivido no nos define. Lo que define nuestra vida es lo que elegimos hacer con esa historia a partir de hoy. Y eso se puede aprender, acompañar y construir en cada sesión, en cada conversación que abre, en cada paso hacia el bienestar.
Comprender que el sufrimiento emocional tiene raíces relacionales nos permite dejar de vernos como "fallados" y empezar a vernos como personas que hicieron lo mejor que pudieron con lo que tuvieron. Sanar no es borrar el pasado, es dejar de vivir desde él.
En Centro Integral Susede estamos comprometidos con acompañarte desde un enfoque profundo, respetuoso y personalizado. Sabemos que el dolor psíquico puede parecer inmenso, pero también sabemos que, con el vínculo adecuado, la transformación es posible.
Si algo de este texto resonó contigo, si sientes que hay heridas antiguas que siguen hablando en tu cuerpo, tus vínculos o tus pensamientos, este puede ser el momento para comenzar a sanar desde la raíz.
• Psicodiagnóstico relacional y especializado.
• Terapias individuales, familiares y de pareja.
• Abordaje integral de trauma, ansiedad, depresión y trastornos relacionales.
• Grupos terapéuticos (División G.A.P.P.) para codependencia, neurodivergencia, duelo y más.
• Tratamientos presenciales, virtuales o con hospedaje.
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La palabra "psicosis" aún evoca en muchas personas imágenes distorsionadas por el estigma, el miedo o la desinformación. Sin embargo, hoy sabemos que este conjunto de experiencias mentales puede ser comprendido, tratado y acompañado con humanidad, evidencia científica y esperanza.
En Centro Integral Susede, entendemos que la psicosis no es una sentencia, sino un fenómeno complejo que merece abordarse desde todas sus dimensiones: biológica, psicológica, social y espiritual. En este artículo compartimos los principales avances en el tratamiento de la psicosis en la última década, y cómo estos cambios abren nuevas posibilidades de recuperación para quienes atraviesan estas experiencias y sus familias.
La psicosis es un síndrome clínico caracterizado por la pérdida del contacto con la realidad, alteraciones en el pensamiento, la percepción y el juicio. Engloba diagnósticos como esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo, trastorno delirante persistente, psicosis breve reactiva, entre otros. Su prevalencia global oscila entre el 1% y el 3% de la población.
Más allá de las etiquetas diagnósticas, lo central es reconocer que la persona con psicosis atraviesa un profundo sufrimiento emocional, a menudo incomprendido por su entorno. La escucha empática y el acceso temprano a atención especializada marcan una diferencia fundamental en el pronóstico.
En la última década, se ha fortalecido el uso de antipsicóticos atípicos como aripiprazol, cariprazina y brexpiprazol. Estos medicamentos muestran eficacia tanto en síntomas positivos (alucinaciones, delirios) como negativos (apatía, retraimiento), con menor perfil de efectos secundarios extrapiramidales.
Sin embargo, los estudios también señalan que la adherencia terapéutica sigue siendo un desafío, particularmente cuando los efectos adversos no son manejados adecuadamente. Por ello, hoy se priorizan formulaciones de liberación prolongada, evaluaciones constantes de tolerancia y una relación médico-paciente basada en la confianza.
Durante muchos años, se creyó que las personas con psicosis no podían beneficiarse de la psicoterapia. Esa creencia ha sido ampliamente superada. La terapia cognitivo-conductual para la psicosis (CBTp) ha demostrado reducir significativamente las alucinaciones auditivas, la paranoia y los síntomas negativos.
Otros enfoques como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), el modelo Open Dialogue, y la Terapia Dialéctica Conductual también han mostrado beneficios en mejorar la calidad de vida, la regulación emocional y la funcionalidad social.
En Susede, creemos que cada encuentro terapéutico es una oportunidad para reconstruir la experiencia de realidad compartida y dignificar la vivencia del paciente.
La psicosis no ocurre en el vacío. El entorno familiar y social influye profundamente en el curso del padecimiento. Por eso, los programas de intervención temprana, psicoeducación familiar, rehabilitación psicosocial y empleo con apoyo (como el modelo IPS) son ahora pilares fundamentales en el tratamiento.
Modelos como RAISE (EE.UU.) y OPUS (Dinamarca) han demostrado que una atención intensiva en los primeros años del trastorno reduce recaídas, hospitalizaciones y mejora la recuperación funcional.
En Susede, promovemos activamente la participación de las familias en el proceso de sanación, no como responsables del trastorno, sino como aliados fundamentales en la recuperación.
Además de los tratamientos tradicionales, han emergido opciones innovadoras:
Aún válida en casos resistentes con catatonía o síntomas afectivos graves.
Ha mostrado efectos positivos en alucinaciones auditivas y síntomas negativos, aunque con resultados variables.
En etapa experimental, con resultados prometedores.
Como la psilocibina, están siendo investigados con rigor para casos refractarios.
Estas técnicas no reemplazan los tratamientos actuales, pero ofrecen opciones complementarias en cuadros resistentes, bajo supervisión profesional estricta.
La duración de psicosis no tratada (DUP) es uno de los factores pronósticos más importantes. Cuanto antes se interviene, mejor es la evolución. Por ello, se han desarrollado escalas como SIPS y CAARMS para identificar sujetos en alto riesgo clínico (UHR), y clínicas especializadas como OASIS en Reino Unido han establecido estándares en prevención.
En Susede aplicamos herramientas de detección precoz y contamos con modelos de atención para adolescentes y adultos jóvenes, en etapas prodrómicas o primeros episodios.
Recuperarse de una psicosis no significa solo eliminar síntomas, sino recuperar proyectos, vínculos, autonomía, y sentido vital. La evidencia muestra que hasta un 40% de los pacientes con primeros episodios pueden alcanzar remisión clínica y funcional sostenida.
La inclusión de métricas de calidad de vida (QoL), habilidades sociales, actividades significativas y apoyo comunitario es parte integral de los programas de recuperación.
Desde nuestro modelo, entendemos que cada paciente es más que un diagnóstico: es una historia por reescribir, una vida por reconstruir, una dignidad por restaurar.
"La psicosis no es el final del camino. Con una atención adecuada, basada en evidencia, humanidad y compromiso, es posible acompañar el dolor sin invadir, sostener sin forzar, y construir nuevas realidades compartidas."
La psicosis no es el final del camino. Con una atención adecuada, basada en evidencia, humanidad y compromiso, es posible acompañar el dolor sin invadir, sostener sin forzar, y construir nuevas realidades compartidas.
En Centro Integral Susede, creemos en un abordaje integral, personalizado y cálido para cada paciente. No tratamos "trastornos", tratamos personas. Y acompañamos también a sus familias, porque el sufrimiento mental se vive en red, pero también se sana en red.
Si tú o alguien cercano está atravesando experiencias difíciles de comprender, si hay confusión, miedo o angustia persistente, no estás solo. Buscar ayuda es un acto de amor propio y de responsabilidad.
• Valoraciones psiquiátricas y psicodiagnóstico integral.
• Terapia cognitiva especializada para psicosis.
• Rehabilitación psicosocial y entrenamiento en habilidades.
• Programas intensivos de intervención temprana.
• Tratamientos innovadores como rTMS y Protocolo Lighthouse.
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Vivir con trastorno bipolar es transitar entre dos polos que afectan profundamente el ánimo, la energía y la capacidad de conexión con los demás. Pero más allá de los altibajos emocionales, es también una condición que puede abordarse con conocimiento, acompañamiento y tratamiento adecuado.
La palabra "psicosis" aún evoca en muchas personas imágenes distorsionadas por el estigma, el miedo o la desinformación. Sin embargo, hoy sabemos que este conjunto de experiencias mentales puede ser comprendido, tratado y acompañado con humanidad, evidencia científica y esperanza.
Muchas personas con cualidades extraordinarias han vivido sintiéndose diferentes o incomprendidas. Para muchas de ellas, el nombre de esa diferencia llegó tarde: Síndrome de Asperger, ahora conocido como Autismo grado 1.
Durante años, el TDAH fue considerado una condición propia de la infancia y predominantemente masculina. Sin embargo, miles de mujeres adultas viven con TDAH sin saberlo, cargando etiquetas como "distraída" o "desorganizada".
Durante mucho tiempo, las adicciones se asociaron exclusivamente con sustancias como el alcohol o la cocaína. Sin embargo, una realidad más silenciosa ha comenzado a emerger: las adicciones sin droga o adicciones comportamentales.
El abuso sexual infantil no solo quebranta la integridad de un niño o niña; altera su desarrollo psíquico, sus vínculos afectivos y su sentido de identidad. En Centro Integral Susede creemos que hablar del trauma no es revivirlo, sino comenzar a resignificarlo.
Criar a un hijo no solo es una de las experiencias más desafiantes de la vida, también es una de las más reveladoras. Nuestros hijos pueden reflejar nuestras heridas no resueltas, invitándonos no solo a educar con conciencia, sino también a crecer y transformarnos con ellos.
En la búsqueda de una mejor salud mental, muchas personas esperan un cambio grande e inmediato. Sin embargo, los procesos verdaderamente sanadores son progresivos. Descubre cómo adoptar hábitos saludables puede transformar tu bienestar emocional.
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En Centro Integral Susede, cada palabra publicada en nuestro blog es fruto del trabajo colaborativo de un equipo interdisciplinario comprometido con el bienestar emocional, físico y relacional de nuestros pacientes. No creemos en protagonismos individuales. Creemos en la fuerza del colectivo, en la sabiduría compartida y en la responsabilidad conjunta.
Nuestros artículos son firmados por El equipo Susede porque reflejan no solo la experiencia clínica de nuestras médicas, psicólogas, terapeutas, nutriólogas y especialistas en neurociencias, sino también la profunda convicción de que el conocimiento cobra mayor valor cuando se pone al servicio de otros desde la humildad y la empatía.
Cada texto que compartimos busca informar, sensibilizar, inspirar reflexión y brindar esperanza. Detrás de cada línea hay años de formación profesional, investigación científica y, sobre todo, una trayectoria acompañando procesos humanos reales: familias que han sanado, adolescentes que se han reencontrado, mujeres que han retomado su camino, adultos mayores que han recuperado sentido.
En Susede, trabajamos para sanar. Y esa labor empieza también por compartir lo que sabemos con amor, claridad y responsabilidad.
Una de las historias más profundas y menos visibilizadas es cuando una madre consume alcohol durante el embarazo.
"Durante mucho tiempo viví con una sensación de vacío que no sabía explicar. Era como si algo en mí se hubiese quedado esperando."
La adolescencia es una etapa de grandes transformaciones donde el cerebro madura y las decisiones moldean el rumbo de vida.
En un mundo donde el estrés y la violencia se han vuelto comunes, cada vez más familias buscan criar a sus hijos con respeto.
Crecer en un hogar con uno o ambos padres alcohólicos deja huellas profundas. Aunque el alcoholismo del progenitor pueda haber cesado.
¿Qué es lo que verdaderamente enferma a una persona? ¿Son los traumas individuales, los factores biológicos?
La codependencia se manifiesta como una entrega constante a los demás, muchas veces a costa del propio bienestar. Es una forma de vida aprendida que puede transformarse hacia la autonomía emocional.
Amar es una de las experiencias más profundas y transformadoras del ser humano. Sin embargo, hay vínculos que, en lugar de nutrir, desgastan. Relaciones en las que el miedo, la ansiedad o la dependencia emocional sustituyen al cuidado mutuo. Cuando esto ocurre, podemos encontrarnos atrapados en dinámicas que, aunque disfrazadas de amor, nos desconectan de nuestra dignidad, de nuestra salud y, en última instancia, de nosotros mismos.
En Centro Integral Susede entendemos que no todas las adicciones implican una sustancia. Algunas se manifiestan como vínculos afectivos destructivos, repetitivos, difíciles de soltar. Las llamamos adicciones emocionales o vinculares, y aunque son dolorosas, también son tratables. Este artículo busca ofrecer una mirada compasiva y profunda sobre esta forma de apego disfuncional, así como caminos posibles para sanar.
Cuando hablamos de adicción emocional, nos referimos a una relación en la que una persona se vuelve psicológicamente dependiente de otra, al punto de experimentar síntomas similares a los de cualquier otra adicción: obsesión, abstinencia, compulsión, pérdida de control y recaídas.
Esta dinámica puede incluir:
Estas relaciones a menudo están marcadas por una profunda ambivalencia: se sabe que hacen daño, pero dejarlas parece imposible. Como en otras adicciones, el dolor de soltar parece mayor que el de quedarse… al menos al principio.
Nadie elige conscientemente amar de forma adictiva. Este patrón suele tener raíces profundas en la historia emocional de la persona. Algunos factores frecuentes incluyen:
En estos casos, el vínculo con la otra persona no se basa solo en lo que ocurre en el presente, sino en lo que ese vínculo representa simbólicamente: protección, valía, sentido de identidad. Por eso soltar es tan difícil; no es solo perder una relación, sino tocar heridas mucho más antiguas.
Algunas preguntas clave que pueden ayudarte a identificar si estás en una relación de adicción emocional:
Si varias de estas respuestas son afirmativas, es posible que estés viviendo una forma de vínculo adictivo. Reconocerlo es el primer paso para comenzar a sanar.
Salir de una relación adictiva no es un acto de voluntad único, sino un proceso profundo, doloroso pero liberador. Algunos pasos importantes incluyen:
Nombrar lo que ocurre sin juicio, con compasión.
La terapia permite identificar raíces y trabajar las emociones que sostienen la dependencia.
Esto puede incluir cortar contacto, establecer límites firmes y redireccionar la energía hacia el autocuidado.
Nadie sana solo. Grupos terapéuticos, amistades conscientes o entornos saludables son fundamentales.
Entender que no se trata de "no poder amar", sino de aprender a amar desde un lugar sano.
En Susede ofrecemos espacios terapéuticos donde cada persona puede sentirse contenida, sin ser juzgada, y acompañada en este proceso de reaprendizaje afectivo.
Dejar una relación adictiva no siempre es lineal. Es común que aparezcan momentos de duda, tristeza profunda, sentimiento de vacío o deseo de regresar. Estos momentos no son fracasos, son parte del proceso de desvinculación. Como en cualquier adicción, puede haber recaídas. Lo importante es no quedarse ahí, sino entenderlas como oportunidades para reforzar el camino.
Muchas veces también emerge culpa, especialmente si la otra persona depende emocional o económicamente. Sin embargo, quedarse por culpa es perpetuar una dinámica destructiva. El verdadero cuidado comienza por uno mismo.
Uno de los mayores logros de salir de una relación adictiva es reencontrarte contigo. Descubrir que puedes estar solo/a sin sentir abandono, que puedes decidir sin pedir permiso, que mereces amor sin sufrimiento.
Romper con una adicción emocional no es el fin del amor, sino el inicio de una forma más sana de amar. Es reconocer que tú también cuentas, que tu salud mental importa, que no es amor si duele todo el tiempo.
En Susede hemos acompañado a muchas personas en este proceso de liberación afectiva, y sabemos que el camino es posible, aunque al principio parezca oscuro.
"Romper con una adicción emocional no es el fin del amor, sino el inicio de una forma más sana de amar. Es reconocer que tú también cuentas, que tu salud mental importa, que no es amor si duele todo el tiempo."
Estar en una relación que duele no significa que seas débil, ingenuo o dependiente. Significa que hay heridas que aún buscan sanar a través del otro. Pero esas heridas también pueden empezar a sanar en ti, contigo, desde el cuidado, la conciencia y el acompañamiento adecuado.
Salir de una relación adictiva no es solo alejarte de alguien, es regresar a ti. Y ese regreso es profundamente valiente.
En Centro Integral Susede estamos para ayudarte en ese proceso. Te ofrecemos un espacio seguro, profesional y cálido donde puedes hablar de lo que muchas veces se calla: el dolor de amar sin equilibrio, la dificultad de soltar, la esperanza de volver a vivir sin ataduras.
• Terapias individuales para dependencia emocional y relaciones tóxicas.
• Grupos G.A.P.P. de codependencia para mujeres, varones y adolescentes.
• Diagnóstico especializado de patrones vinculares.
• Apoyo a familias que viven dinámicas de apego disfuncional.
• Tratamientos integrales con base científica y humana.
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Todos hemos sentido ansiedad alguna vez: ese nudo en el estómago antes de una decisión importante, el insomnio previo a una entrevista, o el pensamiento acelerado en medio del caos cotidiano. Pero cuando la ansiedad deja de ser una respuesta adaptativa y se convierte en un huésped permanente, silencioso y agotador, estamos ante un problema de salud mental que requiere atención especializada.
En las últimas décadas, la ciencia ha avanzado considerablemente en la comprensión de los trastornos de ansiedad: desde sus bases neurobiológicas hasta sus múltiples formas de expresión y los tratamientos más eficaces. En Centro Integral Susede, nos apoyamos en esta evidencia para ofrecer tratamientos cálidos, integrales y profundamente humanos. Este artículo ofrece una síntesis de los hallazgos científicos más relevantes sobre la ansiedad, junto con un mensaje de esperanza: hay maneras de recuperar la calma, la claridad y el equilibrio.
Desde un punto de vista evolutivo, la ansiedad tiene una función de supervivencia. Es una señal de alarma que prepara al cuerpo para enfrentar peligros reales. Pero cuando se activa en ausencia de amenazas inmediatas, o cuando su intensidad sobrepasa la capacidad adaptativa de la persona, se convierte en un trastorno.
Los trastornos de ansiedad abarcan varias condiciones: trastorno de ansiedad generalizada (TAG), fobias, trastorno de pánico, agorafobia, ansiedad social y trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), entre otros. Aunque cada uno tiene particularidades, todos comparten la presencia de miedo, preocupación excesiva o síntomas físicos persistentes como taquicardia, sudoración, tensión muscular o fatiga.
La prevalencia global de estos trastornos es alta: afectan al menos al 15% de la población mundial en algún momento de su vida, siendo más frecuentes en mujeres que en varones, y con alta comorbilidad con otros padecimientos como depresión, trastornos por uso de sustancias o enfermedades psicosomáticas.
En términos cerebrales, la ansiedad se relaciona con una hiperactivación del eje amígdala–hipotálamo–corteza prefrontal. La amígdala interpreta las señales como peligrosas incluso cuando no lo son. El hipotálamo activa el sistema nervioso autónomo y el cortisol. Y la corteza prefrontal, encargada de evaluar racionalmente, puede quedar inhibida o sobrecargada.
Además, se han identificado disfunciones en neurotransmisores clave como la serotonina, el GABA (ácido gamma-aminobutírico), la dopamina y la noradrenalina. Estas sustancias químicas están involucradas en la regulación emocional, el sueño, la atención y la respuesta al estrés.
A nivel genético, estudios han identificado variantes que predisponen a la ansiedad, aunque su expresión depende en gran parte del entorno. Factores como el trauma temprano, el estilo de crianza, la exposición a violencia o abuso emocional, y la privación afectiva son determinantes en la aparición de estos trastornos.
Diagnosticar un trastorno de ansiedad implica mucho más que aplicar una escala. En Susede creemos que el diagnóstico debe ser un proceso de encuentro: comprender cuándo comenzó la ansiedad, cómo se manifiesta, qué áreas de la vida afecta y qué funciones cumple en la historia emocional del paciente.
Utilizamos herramientas clínicas estandarizadas (como el GAD-7, el HARS o el BAI), entrevistas profundas y evaluaciones psicodiagnósticas para ofrecer un mapa claro y personalizado. La ansiedad nunca aparece de la nada: es una señal, una expresión de algo que merece ser escuchado y abordado desde la raíz.
Las investigaciones científicas coinciden en que la combinación de psicoterapia y, en ciertos casos, farmacoterapia, ofrece los mejores resultados para el tratamiento de la ansiedad.
Es la más ampliamente estudiada y considerada de primera línea. Ayuda a identificar y modificar pensamientos catastróficos, patrones de evitación y conductas disfuncionales. Además, incluye técnicas de exposición progresiva que permiten reducir la respuesta ansiosa ante estímulos específicos.
Modelos como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) o la Terapia Dialéctica Conductual (DBT) han mostrado alta eficacia en personas que no responden bien a la TCC tradicional. Estas intervenciones priorizan la aceptación del malestar y el compromiso con acciones valiosas, en lugar de eliminar por completo los síntomas.
Prácticas basadas en la atención plena han demostrado beneficios en la reducción de la reactividad emocional, la mejora del sueño y el fortalecimiento de la autorregulación. Lo mismo ocurre con la Terapia Basada en la Compasión, útil especialmente en personas con ansiedad social o autocrítica intensa.
Incluye ansiolíticos (benzodiacepinas, prescritas a corto plazo), antidepresivos inhibidores selectivos de recaptura de serotonina (ISRS) como escitalopram o sertralina, e incluso betabloqueadores para síntomas físicos. Sin embargo, su uso debe ser monitoreado cuidadosamente y acompañado siempre de apoyo psicoterapéutico.
En los últimos años, terapias complementarias han cobrado relevancia en el tratamiento de ansiedad:
Estimulación Magnética Transcraneal (TMS): técnica no invasiva que regula la actividad cerebral mediante campos magnéticos. Ha demostrado eficacia particularmente en ansiedad resistente al tratamiento.
Neurofeedback: entrenamiento cerebral basado en retroalimentación electroencefalográfica. Favorece la autorregulación emocional y la reducción del estrés.
Intervenciones nutricionales y microbiota intestinal: se ha observado una relación creciente entre salud digestiva y estado de ánimo. Algunos estudios indican que los probióticos y una dieta antiinflamatoria pueden apoyar el tratamiento.
Terapias de integración cuerpo-mente: como el yoga terapéutico, la respiración consciente, la relajación muscular progresiva o la terapia somática. Todas ellas útiles para reconectar con el cuerpo y devolverle al sistema nervioso la capacidad de autorregularse.
La ansiedad crónica no es solo una molestia. Puede convertirse en una condición incapacitante, interferir con el desempeño académico o laboral, dañar relaciones significativas y derivar en conductas de evitación que limitan la vida cotidiana.
Además, está asociada a enfermedades psicosomáticas como colon irritable, hipertensión, insomnio, migrañas, disfunciones sexuales y alteraciones inmunológicas. En adolescentes, puede manifestarse con irritabilidad, conductas de riesgo o síntomas físicos difusos; en adultos mayores, con aislamiento, hipervigilancia o deterioro funcional.
Por eso, es fundamental atender la ansiedad a tiempo. En Susede sabemos que la detección temprana y el abordaje integral mejoran significativamente el pronóstico y reducen el riesgo de cronificación.
Sentir ansiedad no es un defecto ni una debilidad. Es un grito del cuerpo, un aviso del alma, una invitación a mirar hacia adentro. Y aunque a veces se viva en silencio, la ansiedad puede sanar.
En Centro Integral Susede no prometemos fórmulas mágicas, pero sí un camino sostenido y humano. Ofrecemos escucha sin juicio, tratamiento basado en evidencia y acompañamiento constante para que cada persona pueda recuperar su seguridad interna y su derecho a la tranquilidad.
Romper el ciclo de la ansiedad no es olvidar el miedo, sino aprender a vivir sin que el miedo gobierne. Y ese aprendizaje, como toda transformación profunda, empieza con un paso: buscar apoyo.
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Hoy
Durante años, la ciencia nos enseñó que la genética era una especie de sentencia inamovible. "Nació así", "es hereditario", "ya viene en sus genes"… frases que implicaban resignación frente a enfermedades mentales como la depresión, el trastorno bipolar o la esquizofrenia. Sin embargo, en los últimos 20 años, un nuevo campo ha transformado radicalmente esta visión: la epigenética.
La epigenética no cambia el ADN en sí mismo, sino la forma en que éste se expresa. Es como una partitura que puede tocarse de muchas maneras distintas, dependiendo del director, el entorno y los instrumentos disponibles. ¿El resultado? Nuestros genes no nos determinan por completo. Hay factores que pueden activarlos, silenciarlos o incluso modificarlos a lo largo de la vida.
Este descubrimiento ha revolucionado la forma en que entendemos el sufrimiento psíquico, el trauma, las adicciones, los trastornos del ánimo y las neurodivergencias. Pero sobre todo, ha abierto una puerta de esperanza: sanar desde lo más profundo, con intervenciones que van más allá de lo farmacológico y abarcan el entorno, la historia de vida, la nutrición, las relaciones y el acompañamiento terapéutico.
La epigenética estudia los mecanismos bioquímicos que regulan la expresión genética sin alterar la secuencia del ADN. Los tres mecanismos epigenéticos más conocidos son:
Estos mecanismos actúan como interruptores que pueden encender o apagar genes según el entorno, las emociones, el estilo de vida o experiencias traumáticas. Esto significa que la ansiedad, la depresión o incluso la psicosis no son solamente "químicas cerebrales", sino también respuestas adaptativas del cuerpo a un entorno estresante o una historia dolorosa.
Uno de los hallazgos más impactantes de este campo es cómo el trauma psicológico deja marcas epigenéticas. Investigaciones con personas que vivieron abuso infantil, abandono o violencia revelan patrones específicos de metilación en genes relacionados con la regulación del estrés, como el receptor glucocorticoide.
Aún más inquietante: estas marcas pueden transmitirse intergeneracionalmente. En un estudio emblemático, los hijos de sobrevivientes del Holocausto mostraron cambios epigenéticos similares a los de sus padres, a pesar de no haber vivido el trauma directamente (Yehuda et al., 2016). Esto no significa que el destino esté sellado, sino que la herencia también incluye memorias biológicas que pueden reconocerse, comprenderse… y transformarse.
El entorno psicosocial también tiene efectos epigenéticos profundos. La pobreza, el estrés crónico, el bullying, el desempleo o la falta de vínculos afectivos seguros modifican genes que regulan la inflamación, la neurogénesis y la respuesta al estrés.
La depresión, por ejemplo, no siempre es una "falla química". En muchos casos, es la expresión epigenética de una larga historia de desgaste emocional. Por eso, el abordaje terapéutico debe ser integral: no basta con un antidepresivo si no se cambia también el entorno, los vínculos, el descanso, la nutrición y el sentido de vida.
La mejor noticia que trae la epigenética es que estas marcas no son permanentes. Se ha demostrado que ciertas prácticas y tratamientos pueden revertir o modular la expresión genética:
Estas herramientas no reemplazan la intervención médica, pero la potencian. La epigenética es, entonces, la base científica de un enfoque verdaderamente biopsicosocial.
Existe un concepto fascinante llamado reloj epigenético. Se trata de una estimación de la edad biológica basada en el grado de metilación del ADN. ¿Qué significa esto? Que una persona puede tener 50 años cronológicos pero un cerebro de 65… o de 40, dependiendo de su estilo de vida, entorno y salud mental.
Trastornos como el Alzheimer, la esquizofrenia o el Parkinson muestran aceleración epigenética. Pero también hay evidencia de que hábitos saludables pueden revertir parcialmente este proceso. En otras palabras: el cerebro puede rejuvenecer si se interviene a tiempo.
Gracias a estos descubrimientos, la psiquiatría del futuro ya no será una disciplina basada en síntomas genéricos, sino una ciencia de precisión, que considere:
Ya se están desarrollando biomarcadores epigenéticos que permiten identificar a personas en riesgo de desarrollar un trastorno mental, incluso antes de que aparezcan los síntomas. Esto abre la puerta a prevención temprana, especialmente en niños y adolescentes.
En Centro Integral Susede, creemos que la salud mental debe abordarse desde una visión humana, científica e integral. La epigenética es una de nuestras bases conceptuales, y está presente en diversas áreas:
Porque no creemos en soluciones mágicas. Creemos en procesos reales, sostenidos, responsables y profundamente humanos. Creemos que nadie está "roto para siempre".
La epigenética nos invita a mirar la salud mental con otros ojos: más complejos, sí, pero también más esperanzadores. Ya no se trata solo de tratar síntomas, sino de comprender historias, romper ciclos y activar el potencial humano que muchos llevan dormido por generaciones.
No hay caminos rápidos, pero sí rutas posibles. Y aunque no podamos cambiar el pasado, sí podemos sanar sus huellas.
En Susede, estamos convencidos de que cada persona merece ese camino: uno en el que la ciencia y el amor se encuentran para sanar.
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Agendar Consulta EspecializadaVivir con trastorno bipolar es transitar entre dos polos que afectan profundamente el ánimo, la energía y la capacidad de conexión con los demás. Pero más allá de los altibajos emocionales, es también una condición que puede abordarse con conocimiento, acompañamiento y tratamiento adecuado.
Se trata de un trastorno del estado de ánimo caracterizado por oscilaciones extremas entre la euforia (manía o hipomanía) y la tristeza profunda (depresión). Estas fases no son simples "cambios de humor": son expresiones de un desequilibrio neurobiológico complejo.
En su forma más clásica (bipolar tipo I), se presentan episodios maníacos que pueden alternar con periodos depresivos. En el tipo II, los episodios son más sutiles (hipomanía y depresión), lo que puede dificultar el diagnóstico.
Aunque el tratamiento farmacológico (como el litio, el valproato o los antipsicóticos atípicos) es esencial, no es suficiente por sí solo. El abordaje debe ser integral:
Las recaídas a menudo comienzan con señales sutiles:
El pronóstico del trastorno bipolar ha cambiado radicalmente. Hoy sabemos que, con el tratamiento adecuado, muchas personas llevan una vida plena, con relaciones estables, proyectos personales y sentido de propósito. La clave está en la adherencia, el seguimiento profesional y el fortalecimiento emocional.
En SUSEDE comprendemos lo complejo de este diagnóstico y lo acompañamos con calidez, ciencia y compromiso. No están solos en este camino.
Muchas personas con cualidades extraordinarias han vivido sintiéndose diferentes o incomprendidas. Para muchas de ellas, el nombre de esa diferencia llegó tarde: Síndrome de Asperger, ahora conocido como Autismo grado 1.
El TEA grado 1, anteriormente conocido como Síndrome de Asperger, se caracteriza por dificultades en la comunicación social y patrones repetitivos de comportamiento, pero sin retrasos significativos en el lenguaje o desarrollo cognitivo. Las personas con esta condición suelen tener inteligencia promedio o superior.
Obtener un diagnóstico puede ser liberador. Muchas personas describen sentir alivio al finalmente entender por qué siempre se sintieron diferentes. El diagnóstico no es una limitación, sino una herramienta para el autoconocimiento y el acceso a recursos de apoyo.
En SUSEDE ofrecemos un abordaje integral que incluye:
Es importante desterrar algunos mitos comunes:
Mito: Las personas con TEA no pueden sentir empatía
Realidad: Sienten empatía profundamente, pero pueden expresarla de manera diferente
Mito: El TEA es causado por las vacunas
Realidad: No existe evidencia científica de esta conexión
En SUSEDE creemos en celebrar la neurodiversidad y apoyar a cada persona para que desarrolle todo su potencial único.
Nuestros artículos proporcionan información general, pero cada situación es única. Si reconoces síntomas o situaciones descritas en nuestros artículos, no dudes en buscar ayuda profesional.
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